Nuestro equipo de trabajo llego al
distrito donde comienza la historia de la Achirana del Inca, Los Molinos, en
este distrito da comienzo la Achirana que pasa por gran parte de nuestra
Ciudad, en la llamada Bocatoma, el equipo de blog pudo grabar y tomar unas
fotos impresionantes del lugar y las compartimos aquí con ustedes:
(Equipo del Blog)
Y es aquí
donde la historia empieza…
Historia
de la Achirana del Inca
En una de las visitas que el Inca
Pachacútec acostumbraba hacer para inspeccionar que los pueblos del
Tahuantinsuyo estén en buen estado, y mientras eso ocurría el amor despertó en
el inca al ver a la hermosa hija del propietario de unas tierras en Tate,
llamada Chumbillalla, quien hizo que el Inca realice distintos
ofrecimientos que ayudaron a mejorar la vida en el valle Iqueño.
El Inca Pachacútec, que estaba muy
enamorado de Chumbillalla, la solicito a su padre para que sea una de sus
esposas, pero al tenerla en frente suyo ella mantuvo su determinación ante los
ruegos del inca y no dio su brazo a torcer.
Mientras el Inca repetía en ruegos
hacia Chumbillalla, ella siempre mantuvo su determinación y replicaba que su
corazón le pertenecía a otro hombre. En ese momento Pachacútec la tomo de la
mano y le dijo:
-“Quédate en paz, paloma de ente
valle, y que nunca la niebla del dolor tienda su velo sobre el cielo de tu
alma. Pídeme alguna merced, a ti y a los tuyos, para que recuerden siempre el
amor que me inspiraste”.
A lo cual Chumbillalla le respondió
persuadida:
-“Grande eres y para ti no hay
imposibles. Venciérasme con tu nobleza a no tener yo el alma de otro dueño.
Nada debo pedirte, pues quien dones recibe, obligado queda; pero si te
satisface la gratitud de un pueblo, te ruego que des agua a esta comarca, siembra
beneficios y tendrás cosecha de bendiciones”.
El inca Pachacútec quedo anonadado por
la respuesta de Chumbillalla a lo cual respondió de manera muy cortes que lo
esperase diez días y vería realizado su pedido. Y en el transcurso de los diez
días puso a trabajar a cuarenta mil hombres de su ejército, los cuales tomaron
en cuenta las referencias del inca y abrieron un acueducto desde Los Molinos,
Trapiche, hasta Tate. Este tiene una extensión de treinta Kilómetros.
Además de esto, cuenta la leyenda que
cerca a Tate, Pachacútec hizo construir Takaraka, residencia que le obsequio al
Curaca Aranvilca.
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